15.12.04

Donde acaba el mar y comienza la tierra

Así definió Saramago Lisboa. Bueno, pues eso, un río que se hace mar, nada más empezar. Dicen que hay que verla con niebla para notar toda su melancolía, pero menos mal, con niebla me hubiera tenido que quedar.(Joder, con los pareados). Lucía vive donde acaban los railes de los tranvías, entre un montón de gente que no se conoce ni conoce de quién son la fotos de los cuadros de los pasillos. Compra platanos de Canarias, a un marroquí que les fía, que posiblemente vaya de vez en cuando a comer al Brasileño, dónde siempre cenan los surfistas cuando llegan de Alemania. La Torre de Belén debió ser la de Babel. Se nos han quedado las callejuelas de Alfama dentro, bueno, y en los carretes de fotos que pulí. Todas no hubieramos quedado allí, al menos hasta saber cuanto costaban los millares de zapatos viejos, del señor que nunca abría.
Nota: Aquí Elena puede adjuntar una bonita foto de Lisboa ilustrativa.

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